Massimo
Gracias a Milena (madre de Marco Roberto) que se puso a disposición para acompañarme a «San Miguel Arcángel», logré realizar un sueño que tenía desde hacía mucho tiempo: visitar una misión. Necesitaba deshacerme de las dudas que llevaba dentro de mí desde hacía mucho tiempo. Primero que nada, si pudiera enfrentar personalmente la visión de miseria y tanta pobreza que hay en el mundo para tratar de dar mi pequeña ayuda personal y entender si lo poco que doné realmente iba a tener un buen fin dado que en el pasado que tuve de experiencias negativas.
Tan pronto entré a «San Miguel Arcángel» y me bajé del autobús no podía creer lo que veía por todos esos niños, todos me abrazaron y me dieron muchos besos, y ahí fue donde la primera lágrima salió de mis ojos y ni siquiera la última. uno porque allí cada día está lleno de emociones. Luego Marco Roberto me acompañó a visitarme y me explicó las diversas funciones de «San Miguel Arcángel» y desde ese momento solo me queda felicitarlo por ese pequeño paraíso que creó y por lo que logra hacer y dar diariamente a esos niños para hacerlos pacíficos y amados. .
Marco estaba muy ocupado pero logró, no sé cómo, dedicarme parte de su precioso tiempo para hacerme comprender los diferentes problemas de Brasil, desde la degradación ambiental hasta el abandono de niños (hay tantos y diferentes) y para explicar sus planes futuros. En ese momento se eliminaron las dudas que tenía pero las ganas de ser parte de esos proyectos que tienen el único fin de hacer sentir bien a los niños crecieron y siguen creciendo. Podría contarles cada minuto que viví en «San Miguel Arcángel» porque fue una experiencia inolvidable y lo único que tengo ganas de decirle a Marco Roberto y a todos los niños de Sao Miguel Arcanjo es: OBRIGADO OBRIGADO OBRIGADO – Massimo Lorenzetti